Rachel Canelón: Una domínico- caraqueña que vive para servir
12 diciembre 2022
Desde hace aproximadamente 7 años ha volcado su vocación de servicio en ayudar a cientos de venezolanos de múltiples formas.
Rachel parece un torbellino. Trabaja sin parar, habla por teléfono, envía el menú por WhatsApp, cuida cada detalle, recoge, ordena, levanta y se empeña en dar el mejor servicio posible en su restaurante.
Cada día desde la mañana hasta la noche trabaja sin descanso para servirle a las decenas de clientes que tiene su restaurante Manjares y que todos – tanto los que reciben su plato en la oficina, como los que se sientan en sus mesas- queden contentos y satisfechos.
Rachel es dominico-caraqueña, de madre dominicana y padre venezolano. Las circunstancias políticas, durante el mandato de Rafael Leónidas Trujillo, hicieron que su madre -hija de Juan Tomás Díaz Quezada, uno de los involucrados en el ajusticiamiento que puso fin a la dictadura- migrara forzosamente a Venezuela en búsqueda de protección.
“Cuando yo apenas tenía 3 años, a mi madre le permiten regresar a República Dominicana y llegamos al país por barco, desde esa edad siempre he vivido aquí, aunque aún tengo familiares que residen en Venezuela”.
Con formación en hotelería y gastronomía, Rachel lleva 35 años atendiendo a sus comensales. Preparando buffet, bandejas, desayunos y almuerzos: “siempre ha sido mi pasión, reflejar a través de mi comida, mi deseo de servir a los demás”.
Desde hace aproximadamente 7 años ha volcado su vocación de servicio en ayudar a cientos de venezolanos de múltiples formas. “Yo empiezo a darme cuenta de la cantidad de venezolanos que había en mi país, comienzo a ver venezolanos en las calles, en el paseo El Conde, en El Malecón, en el parque Eugenio María de Hostos y siempre les preguntaba cómo les iba, siempre poniéndome a la disposición de ayudar”.
Rachel ha abierto las puertas de su restaurante, que es también su casa, a los refugiados y migrantes venezolanos. No solo ha servido de albergue para personas en situación de calle, sino que ha brindado comida, trabajo, medicinas, ropa y orientación para la normalización migratoria a cientos de personas.
“Con el doctor Garabito (médico ginecólogo dominicano) en uno de los espacios de mi casa, instalamos una camilla y pusimos una cortina para empezar a brindar apoyo a todas esas mujeres”. Rachel ideó una iniciativa que luego siguió siendo implementada.
“Para mí, es un orgullo ser venezolana y con esta población tengo muchas experiencias bonitas y he tratado de devolverle esa ayuda que en algún momento brindaron a los dominicanos en su país”.
Historia común entre ambos países
Desde principios del siglo XX existió un importante flujo de dominicanos a Venezuela, muchos de los cuales fueron atraídos por la bonanza petrolera que vivió dicho país en los años 70 y 80. Esos vínculos, además de los históricos entre ambos países, han permitido la recepción solidaria y generosa por parte de la sociedad dominicana.
Actualmente Rachel sigue brindando apoyo a todo el que se acerca y le llena de orgullo ver cómo los refugiados y migrantes venezolanos han ido resolviendo los obstáculos para la normalización migratoria. “Siento gran gozo en servir y poder ayudar y ver los frutos, he visto muchos graduarse, con buenos empleos, con su visado, eso me hace sentir muy feliz”.
La Plataforma Interagencial de Respuesta a los Venezolanos (R4V) liderada por ACNUR y OIM busca integrar a todos los actores relevantes –los gobiernos, agencias de la ONU, otras organizaciones internacionales, la sociedad civil y el sector privado– y fomentar una respuesta comprensible, previsible y armonizada a la situación de los refugiados y migrantes de Venezuela en la región de Latinoamérica y Caribe.