“Mujer, no estás sola”, una oportunidad para la mujer bateyana
El ciclo de talleres se desarrolló durante tres meses en el Barrio La 41, municipio de Consuelo, provincia San Pedro de Macorís.
Al llegar al centro de integración infantil, las diecisiete mujeres ya están acomodadas en las sillitas. Muy pronto recibirán los certificados por haber completado el ciclo de talleres “Mujer, no estás sola”, impartido por el Ministerio de la Mujer con el apoyo de la Asociación Scalabriniana (ASCALA), socio local del ACNUR en República Dominicana.
“Es bien de aprender porque hay mucha violencia contra las mujeres. A muchos hombres les gusta maltratar a las mujeres, pero ahora tenemos la fuerza. Los hombres no pueden maltratar a las mujeres”, dice con entusiasmo Siliana Javier, una de las participantes.
El ciclo de talleres se desarrolló durante tres meses en el Barrio La 41, municipio de Consuelo, provincia San Pedro de Macorís. En ese tiempo, las participantes se conformaron como un grupo de apoyo para atender y prevenir la violencia que afecta a las mujeres a nivel personal, familiar y comunitario.
Durante el acto de entrega de certificados, las mujeres participantes van pasando una a una para recibir su diploma, y algunas se animan a contar cómo les ha impactado haber participado en esta experiencia pedagógica. “Tú sabes que en nuestra sociedad casi todo el mundo tiene que contar o ha vivido algún hecho de violencia”, asegura Brenda Peralta, psicóloga clínica y facilitadora del taller por parte del Ministerio de la Mujer. “Este programa, aparte de que te enseña la importancia que tú tienes como ser humano también te dice que si de alguna manera estás viviendo violencia, no te quedes callada. Les damos los espacios donde ellas pueden obtener ayuda”.
Las denuncias pueden hacerse a las líneas *212 y el 911 pero también con juntas de vecinos, iglesias y el mismo grupo de apoyo.
“Pudimos identificar las necesidades de acompañamiento que tienen las mujeres bateyanas, principalmente las dominicanas de ascendencia haitiana y las migrantes”, comentó Wichna Joseph, encargada del departamento social de ASCALA, la organización local socia de ACNUR. “Por ser de batey y por no tener documentación son vulnerables y en muchas ocasiones callan los maltratos y violencias que suelen tener”, agrega.
Siliana es una de esas mujeres. Nacida y criada en República Dominicana, a sus 35 años nunca ha tenido documentos de identidad ya que su madre es haitiana en situación migratoria irregular y no ha podido declararla, y ella a su vez tampoco ha podido declarar a sus hijos. Apenas completó el cuarto grado en la escuela: “A veces chiripeo, si jayo una chiripa de lavar yo le lavo a las personas. Me dan lo mío y yo voy y atiendo a mis hijos”. Esta situación de riesgo de apatridia ha impactado negativamente su acceso y el de sus descendientes a derechos fundamentales y servicios básicos.
“El ACNUR está trabajando para cumplir con la meta 16.9 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que garantiza el derecho a la identidad para no dejar a nadie atrás, empezando con las mujeres bateyanas”, afirmó Gabriel Godoy, Jefe de Misión del ACNUR en República Dominicana.
El taller como oportunidad
El modelo de trabajo implementado en este ciclo de talleres fue desarrollado por la organización Catholic Relief Services (CRS) y ha resultado en tabla de salvación para muchas de ellas, ya que las facilitadoras tenían el reto de llevar un proceso psicosocial grupal con mujeres afectadas por diversas problemáticas, especialmente la violencia.
“La metodología fue muy dinámica, hablaban las chicas, no se les cohibía, la facilitadora tenía una muy buena forma de impartir los temas”, asegura Joseph. “Nuestra psicóloga de ASCALA estuvo también haciendo un acompañamiento con las chicas que se acercaban y pedían apoyo por separado porque no querían decir a las demás que estaban siendo afectadas por un tipo de violencia”.
Durante el acto de entrega de certificados, las mujeres participantes van pasando una a una para recibir su diploma, y algunas se animan a contar cómo les ha impactado haber participado en esta experiencia pedagógica. “Tú sabes que en nuestra sociedad casi todo el mundo tiene que contar o ha vivido algún hecho de violencia”, asegura Brenda Peralta, psicóloga clínica y facilitadora del taller por parte del Ministerio de la Mujer. “Este programa, aparte de que te enseña la importancia que tú tienes como ser humano también te dice que si de alguna manera estás viviendo violencia, no te quedes callada. Les damos los espacios donde ellas pueden obtener ayuda”.
Tanto Joseph como la psicóloga Peralta están de acuerdo que las participantes del taller cambiaron su perspectiva de vida, algunas abriéndose a recibir acompañamiento psicológico especializado, otras asumiendo el reto de convertirse en multiplicadoras de los contenidos para otras mujeres.
“Vivimos en un país donde la violencia está normalizada. La gente a veces ni siquiera sabe cómo identificar la violencia. Yo he tenido casos fuertes de violencia en los bateyes”, afirma Peralta. “Sin ASCALA no hubiésemos podido llegar donde hemos llegado. Ellas están haciendo un trabajo minucioso, identifican las comunidades que están carentes de información de este tipo, luego buscan a las personas encargadas de orientar para que esto pueda cambiar”, cierra la psicóloga del Ministerio.
Mientras el resto de las participantes sonríe para la foto con su diploma en la mano, Wichna asegura que ASCALA continuará con el seguimiento de los casos de estas mujeres para así saber qué han hecho después de este taller, apoyar las intervenciones en casos de violencia, directa o indirectamente, y realizando referimientos a las instituciones competentes: “Mi expectativa es que esas mujeres sigan creciendo y que sean facilitadoras, que puedan replicar eso que aprendieron. En las comunidades bateyanas hay mucha necesidad de conocimiento, de apoyo y acompañamiento”, concluyó Joseph.
ASCALA es una organización social aliadas del ACNUR. El proyecto también contó con la participación y apoyo del Ministerio de la Mujer, el Centro Plan Social y Cultural para los Bateyes y Catholic Relief Services.