La respuesta al sida está en peligro y las desigualdades son la razón: ¡Igualdad Ya! Unidos para poner fin a esta pandemia
01 diciembre 2022
Las desigualdades y normas nocivas de género están frenando los avances para poner fin a la pandemia del SIDA.
El Informe sobre sida 2022, “En Peligro”, revela el impacto en la respuesta al sida de las desigualdades de género, las brechas entre niños y adultos, los retos que enfrentan las poblaciones clave, y establece cómo el aumento de las restricciones financieras está haciendo más difícil abordar esas desigualdades.
Las desigualdades y normas nocivas de género están frenando los avances para poner fin a la pandemia del sida, ya que la violencia de género está aumentando los riesgos de infección por VIH de las mujeres y restringiendo el acceso a servicios vitales de aquellas que viven con el este virus. En áreas geográficas de alta carga de VIH, las mujeres sujetas a violencia por parte de su pareja íntima enfrentan hasta un 50 por ciento más de posibilidades de contraer el VIH.
El machismo está disuadiendo a los hombres de buscar atención, mientras que el 80 por ciento de las mujeres accedían al tratamiento en 2021, solo el 70 por ciento de los hombres lo hacían.
La discriminación, la estigmatización y la criminalización de las poblaciones más vulnerables está costando vidas e impidiendo que el mundo logre los objetivos acordados sobre el sida para 2030.
Más de 68 países en el mundo continúan criminalizando las relaciones entre personas del mismo sexo, lo que les hace impide visitar centros donde podrían recibir servicios de prevención, pruebas y tratamiento que podrían salvar sus vidas.
El progreso en la respuesta al VIH se ve obstaculizada por leyes punitivas contra las poblaciones más vulnerables. En un estudio de 10 países en el África subsahariana, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres que vivían en países que criminalizan las relaciones entre personas del mismo sexo tenían cinco veces más probabilidades de vivir con VIH que los de países que no criminalizan.
El informe muestra que la respuesta al sida está frenada por las desigualdades en el acceso al tratamiento entre adultos y niños, mientras que más de las tres cuartas partes de los adultos que viven con el VIH reciben terapia antirretroviral, poco más de la mitad de los niños que viven con el virus reciben este vital medicamento.
En el 2021, los niños representaron solo el 4 por ciento de las personas que viven con el VIH y el 15 de todas las muertes relacionadas con el sida. Estas peligrosas desigualdades socavan la respuesta al sida y ponen en peligro la seguridad sanitaria de muchos.
En todo el mundo, las personas se están movilizando para desafiar la discriminación e injusticias que alejadas a las personas de los servicios de tratamientos que salvan vidas.
El doctor Carlos Adón es médico investigador y subdirector del Instituto Dominicano de Estudios Virológico (IDEV) de República Dominicana, comprometido con la línea que implementa esta institución de un lenguaje no discriminatorio, para lo cual han sustituido la palabra sida por enfermedad avanzada por VIH, por considerar que el término sida ha sido muy contundente y tiene muchas connotaciones que parecen sentencias.
Otra de las palabras que han cambiado es paciente, usuarios o cliente por persona, y abandono por interrupción de tratamiento, para evitar que las personas se sientan culpabilizadas.
Adón cuenta que esto se aplica en las clínicas de manejo de situación de VIH y enfermedades crónicas. “También tenemos un mecanismo de identificación de trato discriminatorio dentro de la institución y los casos identificados se remiten al Observatorio del Derechos Humanos del Centro de Estudios e Investigación Integral (COIN), explica.
Proteger la seguridad y los derechos humanos de las personas marginadas amplía el acceso a servicios de salud y acelera el progreso en la respuesta al VIH, al aumentar el número de personas en tratamiento, ampliar el acceso a prevención y reducir las nuevas infecciones.
Antonio García (Tony) quedó destrozado cuando hace 20 años fue diagnosticado con VIH, pero ahora lucha por los derechos, bienestar y acceso a medicamentos de las personas que viven con el VIH.
“La formación que he adquirido sobre mis derechos al acceso a servicios de salud y el uso adecuado de los medicamentos antirretrovirales, mi disciplina y autocuidado me han llevado a que el VIH esté indetectable e intransmisible en mi cuerpo. Ahora, mi compromiso es orientar y motivar para que muchas otras personas viviendo con el VIH accedan a tratamiento, se comprometan consigo mismo y puedan también alcanzar este logro”, afirma Tony.
El nuevo informe muestra también la urgente necesidad de inversiones para abordar las desigualdades relacionadas con el VIH. En un momento en que países de altos ingreso recortan ayuda mundial para la salud, la financiación de donantes contribuye a impulsar el financiamiento nacional.
Por ejemplo: el aumento en la financiación externa del VIH para países en los que el Plan de Emergencia del Presidente de los Estados Unidos para el Alivio del Sida (PEPFAR) y el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (Fondo Mundial) financian programas, durante 2018-2021, se correlacionaron con aumentos significativos en el financiamiento de los gobiernos nacionales.
Millones de vidas están en juego, ya que 650 mil personas fallecieron a causa de muertes relacionadas con el sida en el 2021 y hubo 1.5 millones de nuevas infecciones por el VIH.
Juntos es posible acabar con el SIDA para el 2030, si los gobiernos actúan ahora para crear igualdad en el acceso a los servicios de VIH para todos, y el Día Mundial del Sida es propicio para tener presente que esto es posible.