Mensaje del Coordinador Residente con motivo del Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto
Sosua, República Dominicana
1 Febrero 2024
Honorables y estimados colegas y amigos:
Es un gran honor estar hoy con todas y todos ustedes para conmemorar la memoria de las víctimas del Holocausto. Cada año, el 27 de enero, las Naciones Unidas rinde tributo a la memoria de las víctimas del Holocausto y ratifica su compromiso de luchar contra el antisemitismo y condenar sin reservas todas las manifestaciones de intolerancia religiosa, incitación al odio, acoso o violencia contra personas o comunidades basadas en su origen étnico o en sus creencias religiosas, dondequiera que tengan lugar.
En este día, conmemoramos la liberación en 1945 por las tropas soviéticas del campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz, y honramos a los seis millones de niños, mujeres y hombres judíos asesinados sistemáticamente por los nazis y sus colaboradores, y nos afligimos por todas las personas que fueron perseguidas y asesinadas en el Holocausto.
Han pasado varias décadas desde la ocurrencia de esos execrables acontecimientos de persecución y asesinatos, y el mundo sigue conmoviéndose al escuchar los relatos de los sobrevivientes y de sus familias, quienes llevan consigo la memoria de vidas y comunidades destruidas.
Es oportuno recordar las palabras de Elie Wiesel (elie-visel), uno de los supervivientes de Auschwitz (aush-vids) y premio Nobel de la Paz en 1986, quien falleciera en 2015, quien dijo: "No todas las víctimas de los nazis fueron judíos, pero todos los judíos fueron víctimas de los nazis". Fueron millones de vidas truncadas, millones de sueños y millones de futuro y esperanza exterminados.
Ante estos horrores, las Naciones Unidas fueron creadas para unir a los países en torno a los valores de la paz, la seguridad y la humanidad común y para evitar que tales crímenes de lesa humanidad vuelvan a ocurrir, y preservar las generaciones venideras del flagelo de la guerra. Así lo proclaman la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El odio antisemita que genero el Holocausto no empezó con los nazis, ni terminó con su derrota. Y el Holocausto no solo afectó profundamente a los países donde se cometieron crímenes nazis, sino que también repercutió en muchos otros lugares del mundo.
Los genocidios y otros crímenes atroces continúan ocurriendo en varias regiones del mundo, así mismo continua en aumento el antisemitismo, el desprecio por los derechos humanos, el desprecio por la democracia y el Estado de Derecho, el aumento de la desinformación, el discurso de odio y el fanatismo religioso.
Cada día más somos testigos de cómo el odio se disemina a una velocidad alarmante. El Internet y las redes sociales, a pesar de todas sus bondades, se han convertido en un instrumento para difundir los mensajes de grupos neonazis, supremacistas blancos y otros grupos extremistas. Nunca debemos ser simples espectadores de esta situación, cuando hay vidas humanas y valores en juego.
Hoy recordamos y nos comprometemos a no olvidar nunca, ni dejar que otros olviden, la verdad de lo ocurrido.
Pero precisamente hoy y tras los ataques barbáricos, aberrantes e indignantes ocurridos el 7 de octubre pasado, debemos tomar la decisión de combatir firmes y unidos las fuerzas del odio y de la división. Porque la demonización del otro y el desprecio por la diversidad representan un peligro para toda la humanidad.
Ninguna sociedad es inmune a la intolerancia, ni a cosas peores.
Debemos condenar inequívocamente el antisemitismo cuando y donde sea, del mismo modo que debemos condenar todas las formas de racismo, prejuicio y fanatismo religioso, incluido el odio antimusulmán y la violencia contra las comunidades cristianas minoritarias.
Nunca debemos guardar silencio ante la discriminación ni aceptar la intolerancia. Defendamos los derechos humanos y la dignidad de todos. No perdamos nunca de vista la humanidad de los demás y no bajemos nunca la guardia.
Creemos firmemente que, con la unidad, a través de las fronteras y las generaciones, podemos construir un mundo de pluralismo y coexistencia pacífica, y por lo tanto, por fin, mostrar que estamos prestando atención a las lecciones aún urgentes que nos dejó el holocausto.
En este acto solemne de conmemoración y de esperanza, expresamos nuestra solidaridad con la comunidad judía e israelita en la Republica Dominicana, y con todas las victimas del holocausto. El holocausto fue una tragedia que marco a la humanidad entera y Naciones Unidas está comprometida con la lucha contra el odio y la intolerancia en todos los rincones del mundo.
Para concluir, quisiera subrayar parte del mensaje que el Secretario General pronunció en ocasión de esta conmemoración este pasado fin de semana en nuestra sede: “A todos los que sufren prejuicios y persecuciones, digámosles claramente: no están solos. Las Naciones Unidas están con ustedes”.
Muchas gracias