Informe: El Impacto del COVID-19 en América Latina y el Caribe
Los países de América Latina y el Caribe presentan especificidades sociales y económicas que amplifican la crisis. El rasgo más distintivo de la región es su elevada y persistente desigualdad. Aunque la mayoría de sus países están clasificados como de ingreso medio, la desigualdad de ingresos de la región implica que una gran parte de la población total es pobre o altamente vulnerable a caer en la pobreza. La especialización en sectores de baja tecnología
(intensivos en recursos naturales o en mano de obra barata y poco calificada, o en ambos) produce recurrentes déficits en cuenta corriente que limitan el crecimiento y el espacio fiscal.
La respuesta a la crisis y las políticas para reconstruir mejor deben estar firmemente sustentadas en la igualdad y la democracia. Para que el Estado y sus instituciones puedan desempeñar el papel crucial que les corresponde en la respuesta y la recuperación, debe existir un elevado nivel de legitimidad y apoyo político, y la participación activa de la sociedad civil, las organizaciones de mujeres y las personas defensoras de los derechos humanos. En una región en la que los conflictos sociales se han agudizado, a fin de reconstruir mejor, debe establecerse un nuevo pacto social que proteja los derechos fundamentales, defienda el estado de derecho, asegure el bienestar universal y la resiliencia económica.